Préstamos entre familiares y amigos. IIIa Parte
(MUSASHI No. 22, Noviembre de 2001)
Deudas con las tarjetas de crédito
(MUSASHI No 26, Marzo de 2002)
Sin bien para quien no tiene un empleo e ingreso estable es muy difícil
obtener una tarjeta de crédito (Visa, Master, JCB, American Express, etc.) en un país
en donde cada grupo de empresas y tiendas (Jusco, Daiei, etc.) emiten su propia tarjeta de
crédito no es extraño que dentro de los latinos manejen este instrumento de
pago y crédito para sus compras cotidianas y demás adquisiciones de bienes
durables como automóviles, muebles, etc.
Los que la tienen saben muy bien que las tarjetas de crédito, además
de evitar el uso del dinero en efectivo permite la compra de bienes diversos a plazos y
demás facilidades, como también permiten retirar dinero efectivo en calidad
de préstamo (cashing). Sin embargo, pocos saben que muchas de las tarjetas locales
(Saison, Orico, OMC, Aeon, Jaccs, NICOS, UC, DC, etc.) que incluída las firmas
internacionales como VISA, Master, etc. suelen cobrar un comisión anual por uso,
que las compras a crédito suelen llevar un recargo del 15 al 20 % anual (algunas
tarjetas son menos y otras más) y que los retiros de efectivo efectuados (cashing)
son cargados con 25 al 30 % anual (si se retrasan en la cancelación de estas DEUDAS
se les recarga un 22 % más en concepto de multa).
El correo (yubin kyoku) también está ofreciendo además de su
tarjeta de ahorro postal común un servicio complementario con una agencia de crédito
NICOS y opciones a VISA, Master, JCB y Amex. Además, se puede optar por una tarjeta
integral que permite retirar efectivo en muchas partes del mundo (ligada a la red Maestro,
Cirrus). Sin embargo, si se trata de retiros ordinarios con la tarjeta de ahorro postal no
hay mucho de qué preocuparse, pero si esos retiros lo realizan como tarjeta de crédito,
sea en el país como en el extranjero, los recargos son los mencionados arriba. Sin
darse cuenta, pueden estar endeudándose con altas tasas de interés.
Si bien éstas tarjetas de crédito ofrecen una gama muy amplia de
servicios que van desde la cobertura de seguros por daños materiales en almacenes y
tiendas, seguros contra enfermedades y lesiones para viajes al interior y exterior del Japón,
descuentos en hoteles y alojamientos termales, paquetes de tour económicos,
restaurantes con menúes especiales, etc., nada es gratuito y todo está
supeditado al uso de la tarjeta, o sea, al pago (consumo) que uno hace. Los puntos que se
acumulan en la compra de pasajes aéreos y demás objetos también es
para promover los gastos en ocio y placer.Por esta razón, los que no conocen bien
el manejo de estas tarjetas deben hacer un uso calculado en sus compras en base a la
capacidad económica que tienen.
Aunque no paguen en efectivo, no hay que olvidar que al mes siguiente queda debitado
de la cuenta bancaria los gastos que se han pagado con la tarjeta de crédito. Si se
producen situaciones reiteradas de falta de fondos para cancelar esas facturas queda
inmediatamene suspendido y anulado el uso de la tarjeta. Al tratarse de una deuda contraída,
los recargos son elevados y cuando se trata de montos importantes una agencia cobradora es
la que se encarga de "persuadir y presionar" al moroso para su cancelación
total.
Cuando el cliente se transforma en un moroso irresponsable, estas firmas utilizan
los mismos medios que las firmas prestamistas. Además, entre estas empresas se
cruzan información para evitar que el moroso siga realizando más retiros
(pidiendo más préstamos) con otras tarjetas de crédito o gestione préstamos
en empresas prestamistas. En una palabra, queda en la lista negra de los morosos y puede
ser objeto de enormes "presiones" para que cancele esos préstamos contraídos.
Lamentablemente, ya ha habido varios casos de señoras latinas que han abusado
del uso de estas tarjetas y comprado joyas, ropas y demás objetos de valor, endeudándose
más allá de su capacidad de pago. Muchas veces, se ha dado que su marido
desconocía totalmente esa realidad y por lo tanto eso hace que haga mucho más
difícil su resolución. En estos casos, el o la cónyuge, aunque
desconozca estos gastos, asume la responsabilidad civil de pagar las deudas de su pareja.
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